Siempre es motivo de fiesta la
edición de una antología, sobre todo cuando en ella confluyen la creatividad,
el talento y el esfuerzo de varios escritores, como es el caso de esta primera publicación
del grupo Atorrantes, término que si bien alude a la vagancia, representa una
manera sensacional de disfrutar la vida. Editada por ellos mismos hace apenas
unos días (marzo de 2018), es resultado de numerosas sesiones de tallereo
literario con y sin alcohol.
Iván Espadas abre la antología con El cine. Aunque él dice que no se le da la
narrativa breve, y el texto aquí incluido es un capítulo de la novela Sin lugar en la tierra, se disfruta como
un cuento hecho y derecho acerca de la proyección en 1975 de una película
itinerante en la hacienda San Antonio Millet, el primer contacto del niño
Mateo, personaje principal, con la pantalla grande, pero también con el deseo
sexual ante los encantos de Bendita, una beldad de diecisiete años.
Verónica Rodríguez ofrece un
divertido relato, Llama para confirmar,
en el que Tony se entera de que la que creía que era su mamá es en realidad su
abuela, y la que creía que era su hermana mayor es en realidad su mamá… Sin
embargo, detrás del lógico asombro y la intempestiva sacudida emocional, lo más
importante es quedar formal para ver el partido de futbol. Un texto masculino por
su lenguaje y perspectiva.
Cecilia Silveira presenta Cosas, relato que gira en torno a los
sentimientos y reacciones que se disparan con las primeras caricias y la
apertura del cuerpo para recibir placer, un placer que se convierte en
adicción. También habla de la seducción de las palabras, de la literatura que
nos aparta de la frustración y el fracaso, y la relación con las drogas y el
alcohol, eso sí, siempre de manera lúdica y apasionada.
Patricia Garma nos deleita con Tierna obsesión, texto autobiográfico
que aborda episodios obsesivo-amoroso-compulsivos de la relación madre-hija.
Una mamá que te tapa cuando siente frío (ella), que te destapa cuando siente
calor (ella) y que siempre está al pendiente por si te quieren secuestrar,
destripar y rellenar de drogas como a la niña de Crecilac, definitivamente no
tiene precio, ni remedio. Increíble que una niña tan consentida sea hoy tan
ecuánime mujer y artista.
Carlos Gómez Camuzzo impacta con un cuento
redondo, bien logrado: Agente naranja,
que narra la relación amistosa de Frank y Bill, el primero un latino recién
llegado a Washington, y el segundo un veterano de la guerra de Vietnam. Ambos
viajan a la playa de Chelem, Yucatán, donde el calor es tan intenso que noquea
al norteamericano de tal manera que lo hace explotar al contacto con el mar. Texto
que transita de lo real a lo fantástico de manera vertiginosa y sorpresiva. Del
mismo autor se incluye otro cuento, titulado Desaparecido, también alusivo a la guerra, pero en otra latitud,
quizás Irak. Ahí dos soldados, en las márgenes del desierto, intentan cazar un
antílope para sobrevivir al hambre, mientras extrañan a un tercer compañero del
que no han sabido nada y se cuidan de no convertirse en presas del enemigo. Entonces
ubican el cadáver e imaginan su destino ante la imagen de la muerte.
Alba Vales, con El exilio, revela cómo se vivió en Cuba el fin del régimen de
Batista y el inicio del régimen de Castro, ambos gobiernos plagados de
injusticia. Una revolución que expulsó a miles de cubanos de su tierra querida,
pero que pudieron ser más de no haberse cerrado la posibilidad de escape. En
este texto, una imagen impresionante del malecón de La Habana cuando las
fuerzas revolucionarias desfilan frente a las tímidas miradas infantiles.
Mauricio Sánchez de Mier presenta a El animal, un hombre desquiciado que
escapa de la cárcel y se refugia en el zoológico no sólo para evadir la
justicia, sino para saciar sus bajos instintos, pero no toma en cuenta que
alguien observa sus movimientos y está dispuesto a hacer justicia. Entre la
variedad de animales presentes en el cuento, sin lugar a dudas el hombre es el
único estúpido. La altura es el
segundo texto de este autor en la antología. Narra la difícil jornada de dos
arqueólogos que tienen que escalar por horas una pendiente rocosa para ubicar
una pintura rupestre. En las alturas el clima es una amenaza a la estabilidad
física y emocional, pero aún así discuten acerca del nombre que le darán a su
aparente gran descubrimiento.
Luis Herrera Albertos sorprende con La triste carcajada, thriller
psicológico que narra la inquietante historia de Benjamín, un chavo que tiene
desfasada la conexión entre lo emocional y lo físico, por lo que al sentir
dolor ríe y al sentirse alegre llora, lo que le ocasiona grandes problemas. La
situación se complica con el paso del tiempo, sobre todo cuando tiene que
aprender a fingir para encajar en la sociedad. Cuento y personaje entrañables.
Adolfo Calderón Sabido, en Carta desde el exilio, nos transporta al
Yucatán de 1915, cuando las fuerzas armadas bajo el mando de Salvador Alvarado
derrocan al gobierno en turno. El exgobernador Olegario Molina Solís, desde
Cuba, escribe una carta a su amigo y colaborador Enrique (personaje ficticio),
en la que plantea la necesidad de recurrir a la religión y los católicos para
evitar el triunfo absoluto del Carrancismo. Texto de corte histórico que ofrece
una magnífica ambientación de la opulencia henequenera.
María Elena González Ortega comparte
dos breves relatos con tintes de prosa poética: Fragmentos y Armonía. En
el primero, una enigmática mujer se enfrenta a la soledad y a la paranoia,
destruyéndose cada noche y reinventándose cada día. En el segundo, un músico
traslada su arte al más placentero rincón femenino; ello a través de sus dedos
y la más bella armonía que transita del in
crescendo y el adagio sostenido
para culminar con el allegro. Dos
textos con fuerte dosis de intimidad y romanticismo.
Por último, Cristina Leirana baja el
telón con una serie de ocho estupendas minificciones en las que combina el
ingenio de este género narrativo con la estética del lenguaje. Se trata de Dualismo social, Encefalograma, Duelo, In
memoriam N.C.G., Comunicación, ¿Y el nuestro?,
Otra foto movida (en homenaje a Julio
Cortázar) y Espontánea. La
infidelidad, el tiempo perdido, la locura y el suicidio son algunos de los
temas que aborda de manera divertida y sorpresiva.
Felicito
a este grupo de exalumnos y colegas docentes de la Escuela de Escritores
Leopoldo Peniche Vallado por sacudirse el miedo a publicar y contribuir a la promoción
literaria de Yucatán con total independencia.
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