Llegó a mi mente una invasión de
hormigas hambrientas, furiosas y asesinas al escuchar la palabra Marabunta. No dudé que el nuevo poemario
de Balam Rodrigo (Chiapas, 1974) fuera una alegoría de la migración cruel y
despiadada de una colonia de insectos voraces, o por lo menos la poética referencia
a un grupo de individuos que llegan a tu casa y acaban con todo. Al comenzar la
lectura de este Premio Nacional de Poesía Amado Nervo 2017 supe que no estaba equivocado
al pensar en migraciones, hambre y crueldad, pero sí en el tema definitorio,
toda vez que se refería al conflicto fronterizo entre México y Guatemala, en
específico al fenómeno social de la Mara Salvatrucha.
El río Suchiate, en la región de El
Soconusco, es la ruta comercial y de traslado de miles de centroamericanos que
a diario se aventuran en busca de una vida mejor, o simplemente de una vida,
pues lo que ellos tienen quizá no puede llamarse así. Olvidados por los programas
sociales, violentados sus derechos por las policías de México y Centroamérica,
estas personas encaran a la muerte ya sea a pie, a nado o sobre La Bestia. En
este ir y venir entre el miedo y la esperanza surgen situaciones terribles
donde la belleza del paisaje no aminora la frustración. Es el entorno donde
transitan los personajes de Balam Rodrigo, quien muy a su estilo nos cuenta
historias impactantes a través de una maravillosa estética del lenguaje en versiones
formal, regional y caló.
Se trata, en efecto, de un poemario
con fuerte dosis narrativa y autobiográfica. Balam aborda su experiencia en el
comercio ambulante por la región fronteriza acompañando a su padre, un gran
hombre al que amamos con el paso de las páginas. También nos presenta a mujeres
y hombres inolvidables: mamá costurera, Orlin tuerto, El Cipote maldito, Juan ambiguo
y Mara Noemí, cuyo nombre tatuado es motivo de desgracia. De estas vidas atormentadas
por la precariedad no puedo evitar el rescate de aromas y sabores del pollo en
sílabas, los fermentos de la pulpa de café, el aguamiel de las cañas de azúcar,
la torta de pan francés con milanesa y quesillo, el aguacate, las tortillas,
los frijoles, la sal... Humildes alimentos que cuando hay hambre se convierten
en los más exquisitos manjares.
Marabunta es
un libro que nos proporciona valiosa información e imágenes fidedignas del
fenómeno migratorio en Centroamérica, que si bien ha sido ampliamente estudiado
por la sociología y difundido por los medios, es uno de los entornos menos
presenciados por la gente que no es oriunda de esa región, toda vez que no se
trata de un atractivo turístico. Por el contrario, es una zona peligrosa y
conflictiva, evadida hasta por los funcionarios de gobierno. Sin embargo, el
autor la presenta no como tema de un documento didáctico, sino como una obra de
arte que se abre paso con el machete impío de la poesía.
Son siete los capítulos de este
poemario y cada uno es anécdota y continuidad.
Los ceiberos trashumantes. Describe la sólida relación entre padre e hijo. El señor se
dedica a vender diversos productos en pueblos y ciudades de Guatemala. El hijo
es amigo, ayudante, confidente. Ambos deambulan por esta región del mundo que no
tiene patria. Atraviesan el Suchiate con
el temor de perder sus mercancías; recurren a la ayuda de un hombre que tal vez
les robará; habrá que confiar. Los pájaros son portavoces del hambre, el
peligro, la enfermedad, el odio y la muerte. Y ellos, padre e hijo, son
sustancia del aire; transitan libres en él porque no hay murallas ni alambre de
púas. Dios está con ellos, no requieren pasaporte.
El cíclope de Dios. Aborda el recuerdo de Orlin, hombre honrado, tuerto a causa de un
balazo; ayuda a preparar las tortas que en ocasiones se venden, y después se
hace la suya con puras sobras, pero el resultado es un banquete divino. Mientras
tanto La Bestia, el ferrocarril que transporta a los migrantes hacia el sueño
americano o la fatalidad, avanza por los rieles que como marimba reproducen
música funesta.
Lengua de dos filos. Representa el peligro de andar por territorios maras. Pero hay que
trabajar, hacer el cambio de pesos por quetzales, estar siempre alerta con la
navaja para defenderse y dibujar con ella, si es preciso, una línea en la
garganta del enemigo. Balam dialoga en comunión poética con Jorge Luis Borges
al pasar el susto de un asalto. El gentío de la vendimia los ha salvado a él y
su padre.
Siglos de tinta fantasma. En Tecún Umán un grupo de mujeres asalta con violencia al
padre, arrebatándole las cosas y gritándole “mexicano ladrón” como para hacerse
las víctimas y provocar un linchamiento. Él regresa a casa deprimido, aunque
“en condiciones de miseria nada hay que pueda llamarse hogar, sólo la muerte”.
Camino a Tapachula, rememora su infancia a caballo entre ceibas y cafetales; también
piensa que en la ciudad todos somos perros y ratas imitando a los humanos. Por
su parte, mamá costura y se pincha un dedo en presagio del peligro.
Marabunta. Fuerzas
Especiales Antimara rondan Tapachula, encuentran a Juan López, de oficio
albañil, de beneficio borracho y drogadicto. Lo golpean y encarcelan. Por si
fuera poco, en el bote es interrogado, también a golpes, por marabuntas que
urgen saber a qué bando pertenece, pues lleva en el brazo un tatuaje que dice
Mara, pero es por su esposa Mara Noemí, no por la pandilla. Bajo el mando de
Carlos Monzón, alias El Cipote, lo dejan moribundo. Su mujer lo identifica y se
lleva al hospital lo que queda de él. Pulula en esta estirpe un sida tapachulteco
que “se quita con limón”.
Insomnio de Centroamérica. Serie de cinco apartados poéticos en continuidad numérica con
el sueño americano: Llaga en el éxodo,
versos íntimos, imágenes épicas como un canto a la derrota. Poemas de silicio, la paradoja de exigir
trato justo a los migrantes del norte cuando en el sur los despreciamos. Los xenófobos, el racismo mexicano
denunciado por los países vecinos del sur. Ensoñación
de amor, feminicidios, muertas y heridas en una danza infinita con el odio.
E Insomnio de la muerte, cuando la
libertad no tiene nombre ni fronteras.
Las orillas del mundo. Prosas poéticas que sintetizan el concepto general del poemario tanto
en lo referente a los sentimientos del poeta como a la problemática de un
entorno donde los nómadas no tenemos casa, no tenemos tierra, no tenemos cielo.
Mamá borda las aguas del río y nosotros, al soñar, compartimos con ella
nuestras vivencias. Balam Rodrigo se revela escritor y habla de literatura con
su padre, que en paz descanse.
Agradezco de corazón la oportunidad
de comentar este libro. Su lectura me ha sensibilizado en torno al sufrimiento
de los migrantes de México y el mundo, y me ha confirmado que hay una
maravillosa poesía “en el fuego inextinguible del olvido”.
Marabunta fue
publicado en 2017 por el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de
Nayarit, bajo el sello de Libros Invisibles, colección Premio Nacional de
Poesía Amado Nervo.
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