Will Rodríguez: 11 años de Mala Vida*

miércoles, diciembre 06, 2006

11 años de Mala Vida*

Cuando escuchamos algo acerca del proceso de edición de una revista independiente, sea cual fuere la disciplina que ésta aborde, enseguida pensamos en los problemas económicos que dicho proceso representa, en las dificultades para reunir a tiempo los materiales que se pretenden incluir, en los pleitos que surgen entre el editor y el diseñador o el impresor, en la terrible flojera de la distribución de mano en mano, en la ingrata retribución económica ante un trabajo tan desgastante… En fin, el que no sepa de lo que estoy hablando y quiera editar por primera vez una revista, mejor que lo piense dos veces. Si aún después de prever los problemas venideros y conocer las experiencias de otros realizadores de revistas una persona desea incursionar en este ámbito, pues entonces que asuma que la labor del editor independiente es como un apostolado, en ocasiones un flagelo, pero siempre una necesidad como la que que siente el artista por desarrollar y compartir su arte.

En México existen más de 300 revistas relacionadas directamente con el arte y la cultura. Dicha cantidad de publicaciones periódicas se ha mantenido constante, al menos desde 1998, de acuerdo con el registro elaborado por el Sistema de Información Cultural del Conaculta y cuya actualización fue realizada durante este 2006. La principal diferencia entre la producción de revistas en ambas fechas radica no en la cantidad de publicaciones, sino en el constante ciclo de vida y muerte de los proyectos editoriales: más de 200 de las 300 revistas registradas en 1998 han desaparecido; es decir, más de 200 publicaciones han sido integradas a este nuevo registro. Tal vez ahora mismo esté naciendo, renaciendo o falleciendo un proyecto editorial.

La revista Mala Vida, que esta noche festeja su onceavo aniversario, no ha estado al margen de toda esta problemática. Su periodicidad, por ejemplo, se ha visto afectada por la economía, por la falta de un equipo comprometido hasta los huesos, por el desinterés del patrocinio público y privado y hasta, literalmente, por la paternidad; también ha sido catalogada de irregular y hasta de religiosa, por aquello de que sale cuando Dios quiere. Sin embargo, es sin duda una publicación representativa del arte y la cultura de Morelos y de México. En sus páginas y en su consejo editorial han participado escritores y artistas plásticos jóvenes y veteranos de Morelos, de los estados del país y de otras nacionalidades; mencionar aunque sea a una pequeña parte de ellos me obligaría a proporcionar un listado bastante amplio. Su contenido es siempre de alta calidad, sin duda gracias a la visión de su director, poeta y amigo Ricardo Venegas, quien ha recibido el apoyo a las revistas independientes Edmundo Valadés al menos en cuatro ocasiones.

Se trata de una revista que, pese a su tiraje no mayor a los dos mil ejemplares, es conocida y reconocida por la comunidad literaria de México (al menos de eso me he dado cuenta al mencionarla en las ciudades que he visitado). Esto se debe al contacto directo de Ricardo para con sus colaboradores y corresponsales y al acertado convenio establecido con la red Educal Libros y Arte, quien distribuye Mala Vida en sus librerías de las ciudades del país.

Ojalá que en esta nueva época de la revista se insista en el involucramiento de la iniciativa privada de Morelos y el Distrito Federal, lo cual lograría que Mala Vida se mantuviera en circulación pagana, es decir periódica, independientemente de las becas que pueda recibir. Estamos ante un proyecto avalado por los años, el cual merece la atención de un mayor número de lectores y colaboradores, situación que se dará solamente cuando se le vislumbre como un proyecto cultural autosustentable.

En lo personal, agradezco en el alma a Ricardo el haberme dado la oportunidad de colaborar en Mala Vida. Gracias a ella he enriquecido mi espíritu y conocido a personas y personajes muy valiosos que ahora son mis amigos, algunos de ellos aquí presentes.


*Texto leído durante el evento del 11 Aniversario de la revista Mala Vida, en el Jardín Borda de Cuernavaca, Morelos, el 3 de noviembre de 2006.