Will Rodríguez: marzo 2018

miércoles, marzo 14, 2018

Marabunta, de Balam Rodrigo, o El fuego inextinguible del olvido


Llegó a mi mente una invasión de hormigas hambrientas, furiosas y asesinas al escuchar la palabra Marabunta. No dudé que el nuevo poemario de Balam Rodrigo (Chiapas, 1974) fuera una alegoría de la migración cruel y despiadada de una colonia de insectos voraces, o por lo menos la poética referencia a un grupo de individuos que llegan a tu casa y acaban con todo. Al comenzar la lectura de este Premio Nacional de Poesía Amado Nervo 2017 supe que no estaba equivocado al pensar en migraciones, hambre y crueldad, pero sí en el tema definitorio, toda vez que se refería al conflicto fronterizo entre México y Guatemala, en específico al fenómeno social de la Mara Salvatrucha.
El río Suchiate, en la región de El Soconusco, es la ruta comercial y de traslado de miles de centroamericanos que a diario se aventuran en busca de una vida mejor, o simplemente de una vida, pues lo que ellos tienen quizá no puede llamarse así. Olvidados por los programas sociales, violentados sus derechos por las policías de México y Centroamérica, estas personas encaran a la muerte ya sea a pie, a nado o sobre La Bestia. En este ir y venir entre el miedo y la esperanza surgen situaciones terribles donde la belleza del paisaje no aminora la frustración. Es el entorno donde transitan los personajes de Balam Rodrigo, quien muy a su estilo nos cuenta historias impactantes a través de una maravillosa estética del lenguaje en versiones formal, regional y caló.
Se trata, en efecto, de un poemario con fuerte dosis narrativa y autobiográfica. Balam aborda su experiencia en el comercio ambulante por la región fronteriza acompañando a su padre, un gran hombre al que amamos con el paso de las páginas. También nos presenta a mujeres y hombres inolvidables: mamá costurera, Orlin tuerto, El Cipote maldito, Juan ambiguo y Mara Noemí, cuyo nombre tatuado es motivo de desgracia. De estas vidas atormentadas por la precariedad no puedo evitar el rescate de aromas y sabores del pollo en sílabas, los fermentos de la pulpa de café, el aguamiel de las cañas de azúcar, la torta de pan francés con milanesa y quesillo, el aguacate, las tortillas, los frijoles, la sal... Humildes alimentos que cuando hay hambre se convierten en los más exquisitos manjares.
Marabunta es un libro que nos proporciona valiosa información e imágenes fidedignas del fenómeno migratorio en Centroamérica, que si bien ha sido ampliamente estudiado por la sociología y difundido por los medios, es uno de los entornos menos presenciados por la gente que no es oriunda de esa región, toda vez que no se trata de un atractivo turístico. Por el contrario, es una zona peligrosa y conflictiva, evadida hasta por los funcionarios de gobierno. Sin embargo, el autor la presenta no como tema de un documento didáctico, sino como una obra de arte que se abre paso con el machete impío de la poesía.
Son siete los capítulos de este poemario y cada uno es anécdota y continuidad.
Los ceiberos trashumantes. Describe la sólida relación entre padre e hijo. El señor se dedica a vender diversos productos en pueblos y ciudades de Guatemala. El hijo es amigo, ayudante, confidente. Ambos deambulan por esta región del mundo que no tiene patria.  Atraviesan el Suchiate con el temor de perder sus mercancías; recurren a la ayuda de un hombre que tal vez les robará; habrá que confiar. Los pájaros son portavoces del hambre, el peligro, la enfermedad, el odio y la muerte. Y ellos, padre e hijo, son sustancia del aire; transitan libres en él porque no hay murallas ni alambre de púas. Dios está con ellos, no requieren pasaporte.
El cíclope de Dios. Aborda el recuerdo de Orlin, hombre honrado, tuerto a causa de un balazo; ayuda a preparar las tortas que en ocasiones se venden, y después se hace la suya con puras sobras, pero el resultado es un banquete divino. Mientras tanto La Bestia, el ferrocarril que transporta a los migrantes hacia el sueño americano o la fatalidad, avanza por los rieles que como marimba reproducen música funesta.
Lengua de dos filos. Representa el peligro de andar por territorios maras. Pero hay que trabajar, hacer el cambio de pesos por quetzales, estar siempre alerta con la navaja para defenderse y dibujar con ella, si es preciso, una línea en la garganta del enemigo. Balam dialoga en comunión poética con Jorge Luis Borges al pasar el susto de un asalto. El gentío de la vendimia los ha salvado a él y su padre.
Siglos de tinta fantasma. En Tecún Umán un grupo de mujeres asalta con violencia al padre, arrebatándole las cosas y gritándole “mexicano ladrón” como para hacerse las víctimas y provocar un linchamiento. Él regresa a casa deprimido, aunque “en condiciones de miseria nada hay que pueda llamarse hogar, sólo la muerte”. Camino a Tapachula, rememora su infancia a caballo entre ceibas y cafetales; también piensa que en la ciudad todos somos perros y ratas imitando a los humanos. Por su parte, mamá costura y se pincha un dedo en presagio del peligro.
Marabunta. Fuerzas Especiales Antimara rondan Tapachula, encuentran a Juan López, de oficio albañil, de beneficio borracho y drogadicto. Lo golpean y encarcelan. Por si fuera poco, en el bote es interrogado, también a golpes, por marabuntas que urgen saber a qué bando pertenece, pues lleva en el brazo un tatuaje que dice Mara, pero es por su esposa Mara Noemí, no por la pandilla. Bajo el mando de Carlos Monzón, alias El Cipote, lo dejan moribundo. Su mujer lo identifica y se lleva al hospital lo que queda de él. Pulula en esta estirpe un sida tapachulteco que “se quita con limón”.
Insomnio de Centroamérica. Serie de cinco apartados poéticos en continuidad numérica con el sueño americano: Llaga en el éxodo, versos íntimos, imágenes épicas como un canto a la derrota. Poemas de silicio, la paradoja de exigir trato justo a los migrantes del norte cuando en el sur los despreciamos. Los xenófobos, el racismo mexicano denunciado por los países vecinos del sur. Ensoñación de amor, feminicidios, muertas y heridas en una danza infinita con el odio. E Insomnio de la muerte, cuando la libertad no tiene nombre ni fronteras.
Las orillas del mundo. Prosas poéticas que sintetizan el concepto general del poemario tanto en lo referente a los sentimientos del poeta como a la problemática de un entorno donde los nómadas no tenemos casa, no tenemos tierra, no tenemos cielo. Mamá borda las aguas del río y nosotros, al soñar, compartimos con ella nuestras vivencias. Balam Rodrigo se revela escritor y habla de literatura con su padre, que en paz descanse.
Agradezco de corazón la oportunidad de comentar este libro. Su lectura me ha sensibilizado en torno al sufrimiento de los migrantes de México y el mundo, y me ha confirmado que hay una maravillosa poesía “en el fuego inextinguible del olvido”.
Marabunta fue publicado en 2017 por el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Nayarit, bajo el sello de Libros Invisibles, colección Premio Nacional de Poesía Amado Nervo.

domingo, marzo 11, 2018

Escritores Atorrantes, primera antología


Siempre es motivo de fiesta la edición de una antología, sobre todo cuando en ella confluyen la creatividad, el talento y el esfuerzo de varios escritores, como es el caso de esta primera publicación del grupo Atorrantes, término que si bien alude a la vagancia, representa una manera sensacional de disfrutar la vida. Editada por ellos mismos hace apenas unos días (marzo de 2018), es resultado de numerosas sesiones de tallereo literario con y sin alcohol.
Iván Espadas abre la antología con El cine. Aunque él dice que no se le da la narrativa breve, y el texto aquí incluido es un capítulo de la novela Sin lugar en la tierra, se disfruta como un cuento hecho y derecho acerca de la proyección en 1975 de una película itinerante en la hacienda San Antonio Millet, el primer contacto del niño Mateo, personaje principal, con la pantalla grande, pero también con el deseo sexual ante los encantos de Bendita, una beldad de diecisiete años.
Verónica Rodríguez ofrece un divertido relato, Llama para confirmar, en el que Tony se entera de que la que creía que era su mamá es en realidad su abuela, y la que creía que era su hermana mayor es en realidad su mamá… Sin embargo, detrás del lógico asombro y la intempestiva sacudida emocional, lo más importante es quedar formal para ver el partido de futbol. Un texto masculino por su lenguaje y perspectiva.
Cecilia Silveira presenta Cosas, relato que gira en torno a los sentimientos y reacciones que se disparan con las primeras caricias y la apertura del cuerpo para recibir placer, un placer que se convierte en adicción. También habla de la seducción de las palabras, de la literatura que nos aparta de la frustración y el fracaso, y la relación con las drogas y el alcohol, eso sí, siempre de manera lúdica y apasionada.
Patricia Garma nos deleita con Tierna obsesión, texto autobiográfico que aborda episodios obsesivo-amoroso-compulsivos de la relación madre-hija. Una mamá que te tapa cuando siente frío (ella), que te destapa cuando siente calor (ella) y que siempre está al pendiente por si te quieren secuestrar, destripar y rellenar de drogas como a la niña de Crecilac, definitivamente no tiene precio, ni remedio. Increíble que una niña tan consentida sea hoy tan ecuánime mujer y artista.
Carlos Gómez Camuzzo impacta con un cuento redondo, bien logrado: Agente naranja, que narra la relación amistosa de Frank y Bill, el primero un latino recién llegado a Washington, y el segundo un veterano de la guerra de Vietnam. Ambos viajan a la playa de Chelem, Yucatán, donde el calor es tan intenso que noquea al norteamericano de tal manera que lo hace explotar al contacto con el mar. Texto que transita de lo real a lo fantástico de manera vertiginosa y sorpresiva. Del mismo autor se incluye otro cuento, titulado Desaparecido, también alusivo a la guerra, pero en otra latitud, quizás Irak. Ahí dos soldados, en las márgenes del desierto, intentan cazar un antílope para sobrevivir al hambre, mientras extrañan a un tercer compañero del que no han sabido nada y se cuidan de no convertirse en presas del enemigo. Entonces ubican el cadáver e imaginan su destino ante la imagen de la muerte.
Alba Vales, con El exilio, revela cómo se vivió en Cuba el fin del régimen de Batista y el inicio del régimen de Castro, ambos gobiernos plagados de injusticia. Una revolución que expulsó a miles de cubanos de su tierra querida, pero que pudieron ser más de no haberse cerrado la posibilidad de escape. En este texto, una imagen impresionante del malecón de La Habana cuando las fuerzas revolucionarias desfilan frente a las tímidas miradas infantiles.
Mauricio Sánchez de Mier presenta a El animal, un hombre desquiciado que escapa de la cárcel y se refugia en el zoológico no sólo para evadir la justicia, sino para saciar sus bajos instintos, pero no toma en cuenta que alguien observa sus movimientos y está dispuesto a hacer justicia. Entre la variedad de animales presentes en el cuento, sin lugar a dudas el hombre es el único estúpido. La altura es el segundo texto de este autor en la antología. Narra la difícil jornada de dos arqueólogos que tienen que escalar por horas una pendiente rocosa para ubicar una pintura rupestre. En las alturas el clima es una amenaza a la estabilidad física y emocional, pero aún así discuten acerca del nombre que le darán a su aparente gran descubrimiento.
Luis Herrera Albertos sorprende con La triste carcajada, thriller psicológico que narra la inquietante historia de Benjamín, un chavo que tiene desfasada la conexión entre lo emocional y lo físico, por lo que al sentir dolor ríe y al sentirse alegre llora, lo que le ocasiona grandes problemas. La situación se complica con el paso del tiempo, sobre todo cuando tiene que aprender a fingir para encajar en la sociedad. Cuento y personaje entrañables.
Adolfo Calderón Sabido, en Carta desde el exilio, nos transporta al Yucatán de 1915, cuando las fuerzas armadas bajo el mando de Salvador Alvarado derrocan al gobierno en turno. El exgobernador Olegario Molina Solís, desde Cuba, escribe una carta a su amigo y colaborador Enrique (personaje ficticio), en la que plantea la necesidad de recurrir a la religión y los católicos para evitar el triunfo absoluto del Carrancismo. Texto de corte histórico que ofrece una magnífica ambientación de la opulencia henequenera.
María Elena González Ortega comparte dos breves relatos con tintes de prosa poética: Fragmentos y Armonía. En el primero, una enigmática mujer se enfrenta a la soledad y a la paranoia, destruyéndose cada noche y reinventándose cada día. En el segundo, un músico traslada su arte al más placentero rincón femenino; ello a través de sus dedos y la más bella armonía que transita del in crescendo y el adagio sostenido para culminar con el allegro. Dos textos con fuerte dosis de intimidad y romanticismo.
Por último, Cristina Leirana baja el telón con una serie de ocho estupendas minificciones en las que combina el ingenio de este género narrativo con la estética del lenguaje. Se trata de Dualismo social, Encefalograma, Duelo, In memoriam N.C.G., Comunicación, ¿Y el nuestro?, Otra foto movida (en homenaje a Julio Cortázar) y Espontánea. La infidelidad, el tiempo perdido, la locura y el suicidio son algunos de los temas que aborda de manera divertida y sorpresiva.
Felicito a este grupo de exalumnos y colegas docentes de la Escuela de Escritores Leopoldo Peniche Vallado por sacudirse el miedo a publicar y contribuir a la promoción literaria de Yucatán con total independencia.